Isabel García Tejerina, Ministra de Agricultura y Medio Ambiente, destaca la labor del sector forestal en el desarrollo de la economía.
En una época tan complicada como la que estamos viviendo, el apoyo de la Ministra de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, al trabajo y motivación de las empresas de servicios forestales nos congratula.
Durante la celebración del Bioeconomy Forum en Barcelona, la ministra señala que el objetivo de avanzar hacia un modelo de desarrollo más sostenible exige también luchar contra el cambio climático, donde “nuestras masas forestales desempeñan un papel clave”. También recuerda que España es el segundo país de la Unión Europea en superficie forestal, con 27,7 millones de hectáreas; el 80% de la superficie terrestre protegida en España es superficie forestal; y el 40% de nuestras masas forestales se encuentra en zonas protegidas.
García Tejerina argumenta cómo “los bosques afianzan los suelos frente a la erosión, actúan como reguladores hídricos frente a sequías e inundaciones, purifican aire y agua y dan cobijo a nuestra rica biodiversidad, además de prestar enormes beneficios culturales y estéticos”.
Siguiendo esta línea, la ministra anuncia el apoyo del Gobierno al sector forestal, poniendo en macha una política activa basada en cuatro grandes líneas de actuación:
- » La prevención y la lucha contra los incendios forestales.
- » El desarrollo del Plan de Activación Socioeconómica del Sector Forestal.
- » La modificación de la ley de montes.
- » La revisión del Plan Forestal Nacional, “eje vertebral de la política estatal en materia de bosques”.
Con todo lo cual, desde BPS GROUP, no podemos estar más de acuerdo, pero hemos de decir que ya es urgente la puesta en marcha entre las políticas medioambientales integradoras, transversales y a largo plazo, de aquellas que fomenten un control efectivo de la erosión del suelo, que ha de contemplarse desde la visión integral de la cuenca hidrológica con todos los agentes que inciden en ella desde la agricultura, como principal causa de la erosión, la agroindustria o el desarrollo de infraestructuras. De esta forma, el efecto medioambientalmente reparador del monte se verá reforzado e incrementado, y no menoscabado por otras acciones antrópicas de su entorno inmediato.